sábado, 12 de febrero de 2011

Guardiola vive al día

Año a año. Pep Guardiola vive al día. Lo prefiere. Por comodidad y, también, por responsabilidad. Sin pretensión alguna de eternizarse en el banquillo del Camp, sin querer hipotecar al club con una onerosa indemnización el día que tenga que despedirle, sin desear tampoco para sí una atadura más allá de la admisible cuando desee abandonar el cargo. «Si pudiera firmar por medio año, firmaría solo por medio año», dijo ayer Guardiola de la renovación de su contrato hasta el 30 de junio del 2012.
Fiel al precepto máximo que se estableció al volver al club -pensar primero en el Barça-, Guardiola garantiza su continuidad en el banquillo la duración mínima indispensable para mantener la estabilidad deportiva y la tranquilidad social . No pretende sentirse rehén de un contrato ni que Sandro Rosell,

el presidente, sea prisionero de un compromiso por seis años como antes de acceder al cargo pretendía.

Fuente El Periódico

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